Existen diferentes situaciones que llevan a una persona a preocuparse por su imagen. Una de ellas es la maternidad. Ya sea durante el embarazo, los primeros meses del bebé o incluso hasta la adolescencia, las mamás están constantemente confrontadas a los cambios de apariencia y a las preguntas relacionadas con el rol de madre. Es una realidad que está lejos de ser fácil de asumir para una nueva mamá que desea preservar su imagen y su bienestar.
Los cambios físicos
El vientre que se redonde es uno de los primeros cambios físicos del embarazo. Sin embargo, aunque sabemos perfectamente que nuestro vientre se verá obligado a crecer a lo largo de los meses, no podemos adivinar cómo será nuestra propia realidad. Esa fue mi experiencia personal como madre. No hay forma de saber si nuestro embarazo transcurrirá de la misma manera que el de nuestra madre, de nuestra prima o de nuestra tía. ¡Sorpresa garantizada!
La no conformidad ocurre cuando no nos identificamos con esta nueva figura con características que no nos son familiares. En mi caso, si hubiera disfrutado de un bonito pecho con la maternidad, confieso que no he asimilado con la misma alegría mi aumento de peso.
¿Qué hacer en este caso? Lo primero es aceptar la realidad, aceptar esta nueva imagen de uno mismo y no verlo como una fatalidad. Ahorra energía para intentar mejorar tu situación mientras lo haces a tu propio ritmo y evitando compararte con los demás. Una vez que hayas tomado conciencia de esta nueva realidad, no dudes en buscar la ayuda adecuada. Porque una madre que se siente bien es beneficiosa para el bienestar de sus hijos. No es en absoluto vano que una madre quiera sentirse bien en su piel. Como dice el refrán: "La mujer más hermosa del mundo solo da lo que tiene".
La necesidad de aprobación de sus hijos
Mientras que el físico alterado de una madre puede alterar su visión de la realidad, el miedo a que sus hijos la rechacen o el deseo absoluto de ser aceptada por sus hijos también puede ser una fuente de ansiedad. Los niños son capaces de formarse su propia opinión. Por lo tanto, es esencial que cada madre tenga suficiente confianza en sí misma para desprenderse del punto de vista de sus hijos y aceptar su personalidad y su singularidad. Porque es tan fácil caer en una dinámica de dependencia y mendigar constantemente la aprobación de sus hijos. Créeme, he asistido a clientas que se encontraban en este tipo de situación. ¿Por qué te lo cuento? Primero, porque este mecanismo se instala lentamente y sin previo aviso. ¿Resultado? Muchas madres terminan por no confiar en sus gustos y necesitan la opinión y la aprobación de sus hijos. Esto puede ir desde su estilo de vestir hasta un modo de vida que no les corresponde. Todo con el único objetivo de agradar a sus hijos hasta olvidar su propia personalidad. Si necesitas redefinir tu estilo, puedes contar conmigo. (Poner hipervínculo de mi página de servicios para personas)
El juicio colectivo
En mi infancia, recuerdo haber escuchado muchos comentarios como "una madre no puede llevar tales prendas, una madre debe hacer esto o aquello"... Estas afirmaciones alimentan lo que se llama la imagen colectiva sobre lo que una madre debe representar, una concepción ficticia que se ha creado para esta figura materna. Sin embargo, cada madre es diferente y no necesariamente se ajusta al cliché. Porque cada madre tiene su historia y cada una puede reaccionar de manera diferente ante una misma realidad.
A lo largo del tiempo, la sociedad (incluidos los miembros de la familia) promueve normas que pesan sobre las madres y que no valoran lo suficiente sus esfuerzos. No es raro que nos veamos obligadas a encajar en casillas demasiado genéricas o demasiado específicas. Si te encuentras en esta situación, te recomiendo que escuches tu corazón y sigas tu intuición. Parte del principio de que cada madre desea lo mejor para sus hijos y quiere darles lo mejor de sí misma. Siéntete orgullosa de tus esfuerzos y de tus logros para dejar reinar la paz en tu corazón y en tu mente. Y en cada paso que des, mantente fiel a tus convicciones.
La nota final
¡Oh! Quizás me dirás que faltaban consejos de estilo en todo lo anterior 😁. Sin embargo, estamos trabajando en ello sin descanso. Porque para sentirse bien con ropa bonita, collares hermosos y un maquillaje adecuado a sus rasgos, la confianza en uno mismo es lo más importante. Tener estilo es, ante todo, una cuestión de sentirse bien en su propia piel. Esta es la parte más difícil del estilo y es la que le dará carácter a todo lo que lleves después. Todo esto me recuerda un viejo adagio de la República Dominicana. No es la ropa, es la percha que significa no son las prendas, sino más bien el soporte. Sigue cuidándote en todas las áreas de tu vida y que en lo que respecta a tu estilo de vestir, estoy aquí para ti.
¿Estás lista?
Bonificación: La versión española de este artículo se publicó en @Ohmagazine en República Dominicana.